Oler albahaca fresca pone a funcionar mi máquina, que empieza a idear ricos platos en los que emplearla. Es una hierba aromática que me encanta, sabrosa y con un olor espectacular.
Mi amiga Cris, a la que adoro, me ha regalado un libro estupendo de recetas italianas. Hace un recorrido por todas las provincias de la Toscana con diferentes y espectaculares recetas. Preciosas fotos, historia sobre las tradiciones y el uso de los diferentes alimentos en la cocina tradicional de esta región.
Esta semana cuando pasé por el mercado, vi las aromáticas y no me resistí a comprar varias. Pensé en hacer mi salsa pesto, al sentirme provocada por tanto plato rico italiano,y en honor a mi gran amiga por este bello regalo.
INGREDIENTES
- 50 gr de albahaca fresca.
- 2 cucharadas soperas de piñones (20 gr aprox)
- 1 diente de ajo.
- Una pizca de sal.
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- 4 cucharadas soperas de queso parmesano rallado.
ELABORACIÓN
En una sartén pon a tostar los piñones hasta que tomen un color dorado y déjalos enfriar. Para mi, el tostar los frutos secos aporta más sabor a la salsa, pero puedes saltarte este paso si quieres.
Lava las hojas de albahaca con agua, sécalas bien con un papel de cocina y retira los tallos grandes. Imprescindible que sea albahaca fresca, no tiene nada que hacer aquí la albahaca seca.
En el vaso de la batidora pon las hojas de la albahaca, el diente de ajo troceado, la pizca de sal y los piñones tostados.
A continuación añade el aceite y bátelo todo con la batidora hasta obtener una pasta homogénea.
Por último, ralla el parmesano y añádelo al resto de la salsa removiéndolo con una cuchara, ya sin batir con la batidora. Prueba de sabor y ajusta la sal o añade más parmesano si te gusta.
La manera tradicional es hacerlo con un mortero majando el ajo, los piñones y la albahaca, e ir incorporando el aceite poco a poco hasta emulsionar la salsa. Además suelen mezclar queso parmesano y pecorino, pero este último a veces no es fácil encontrarlo si no vas a una tienda especializada. Esta versión con la batidora es más rápida y queda igual de rica.
Si tienes alergia a los piñones, como es el caso de mi prima Helen, puedes cambiar el fruto seco por nueces o anacardos.
Una vez elaborado lo consumo al momento o lo guardo en un tarrito de cristal y en el frigo te aguante en condiciones 3 días. Es una salsa muy delicada, con las horas, desde la elaboración, verás como se oxida por momentos. Por lo que te aconsejo que la consumas como máximo en los 3 días siguientes a su elaboración o que la congeles, y así disfrutar de esta rica salsa cuando quieras. Para mantenerla en mejores condiciones, una vez elaborada puedes echarle un chorrito de aceite por encima, para que haga de película protectora, evitando que se oxide pronto.
Para que empleo la salsa pesto:
- En la pasta: la típica pasta al pesto, reconozco que se me hace algo pesado de comer, como también opina mi colega Edu. Así que cuando elaboro la salsa de tomate para el plato de pasta, le añado una o dos cucharaditas de pesto para darle otra gracia al tomate. Probadlo.
- En verduras. Cuando hago una parrillada de verduras o las aso al horno, la mejor manera de aderezarlas es con unas cucharaditas de pesto. En la ensalada a modo de aliño, añado una cucharadita.
- Con pescados o carnes: para pescados a la plancha como lubina, dorada, les aporta otra chispa al plato, así como en filetes de pollo o pavo.
- En pizza. Para pizzas con verduras o una margarita, cuando salen del horno, y se han templado 5 minutos, les añado pesto que distribuyo por toda la pizza. A la margarita, cuando ya está horneada, también le echo jamón serrano, un poco de pesto y lascas de parmesano. Delicioso.

Espero que os hayan entrado ganas de preparar esta deliciosa salsa, que no tiene muchas complicaciones, y dejéis de consumir las industriales que al final siempre llevan como diría mi amiga Maria, muchas «Es».
¡¡¡Ánimo cocinillas!!!
5 respuestas a “Salsa pesto casera. Verde que te quiero verde”