Este año he repetido visita a la finca de Berry good, de la que os hable el año pasado en esta entrada y que os recomiendo que no os perdáis. Tras la recolección hicimos la ruta de los pueblos de colores de Segovia. Amarillos, rojos y negros lo que les diferencia son los materiales con los que se contruyeron y que les confiere ese color, entre ellos cuarcitas, arcillas o pizarra.
Nos decidimos por llevar la nevera con la comida por la comodidad de parar cuando y donde quisiéramos a comer. Os daré recomendaciones de sitios para comer por si os animáis a hacer esta ruta.
Encontrarás muchas rutas para hacer, nosotros visitamos estos cinco pueblos: Martín Muñoz de Ayllón, Villacorta, Madriguera, El Muyo y Serracín. Hay muchos más, la gran mayoría verás que a la entrada del pueblo cuentan con parking público para que aparques ya que son muy pequeños y en un paseo los has disfrutado.
Martín Muñoz de Ayllón.

El primero de los pueblos que visitamos. Pueblo amarillo muy coqueto con algunas casa bastante modernas pero guardando la estética de lugar, una galería de arte y una iglesia desde la cual se pueden contemplar unas vistas maravillosas de la sierra de Ayllón.
Villacorta
Pueblo rojo que me resulto muy bonito, acogedor y con muchos rincones especiales. En este pueblo no puedes pasar sin tomarte algo en el Teleclub regentado por Marta que es encantadora, y disfrutar de su terraza a los pies de la iglesia. Aquí nosotros hicimos un alto en el camino y tomamos algo con unas patatas fritas muy ricas de Riaza.

Si os apetece hacer picnic podréis ir a una chopera con mesas y bancos en la Ermita del Padre Eterno que está en las inmediaciones del pueblo, y si lo que os llama es ir a comer a un sitio rico, podéis hacerlo en el Molino de la Ferrería. Un antiguo molino restaurado donde me han dicho que se come muy bien.
Madriguera

Junto con Villacorta este pueblo es otro de los exponentes de los pueblos rojos. Quizás el más espectacular de todos los pueblos de colores ya que la mayoría, todo sea dicho, son pueblos muy pequeños y algunos mal conservados. A pesar de ello, bien merecen una visita.
Su nombre significa refugio de animales, y desde luego, porque el pueblo estaba lleno de perros tirados a la sombra de los coches durmiendo la siesta.
Nosotros paramos aquí a tomarnos nuestra comida, unas ricas empanadillas de pisto, huevo y atún, y otras de jamón, queso, miel y mostaza, que preparamos el día anterior. Recordad que tenéis receta de empanadillas de atún en el blog.

De este pueblo me recomendaron comer en el Restautante de La Pizarrera, donde se come muy bien.
El Muyo
La pizarra otorga esa característica a los pueblos negros. El de Muyo, muy cercano a Madriguera es muy pequeñito donde destaca como en todos ellos la iglesia con la espadaña. Algo deteriorado pero con encanto. El día estaba fresco y nublado así que nos tomamos un café en el teleclub del pueblo.

Serracín
El último pueblo que visitamos, también negro. Pequeño con varias casas derruidas, la iglesia que solo conserva la espadaña y vistas de la sierra de Ayllón con las mezclas de colores, amarillos, rojizos, y negros.
Tras la visita a los pueblos de colores no podíamos resistirnos a irnos sin pasar por Ayllón, pero eso os lo contaré en otra entrada.
Espero que os sea de interés esta información. Si tenéis alguna recomendación de sitios para comer me encantaría conocerlas y si tenéis alguna pregunta más detallada podéis escribir en los comentarios o al correo de gastrolibreta@gmail.com.

¡Gracias por leerme!
