Curso de plantas silvestres comestibles y medicinales con la Asociación Cantharellus. El campo como fuente de alimento y salud.

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Si lo que te gusta es pasar tiempo en el campo, en contacto con la naturaleza y además aprender, no te puedes perder los cursos que organizan desde Asociación Cantharellus. Yo tuve el placer de asistir este pasado sábado al curso que organizaron de plantas silvestres comestibles y medicinales. Iba con muchas ganas y no me defraudó.

He realizado con ellos cursos de setas en otoño que también os recomiendo y de los que os hablé en esta entrada. Ha sido todo un descubrimiento saber cuánto alimento y medicina encierra el campo. Reconozco que las aromáticas las detecto pronto y alguna planta más que vimos, pero otras tantas no las había oído en mi vida o no me había planteado que se podían comer ni las propiedades que tenían.

Estos cursos son impartidos de la mano de David Romero, ingeniero forestal y gran conocedor de la micología y la etnobotánica. Generoso y paciente a la hora de compartir todos los conocimientos que ha ido a aprendiendo a lo largo de los años, hace que salgas con un abanico enorme de posibilidades para que luego tu explores por tu cuenta.

Como comentó una de las participantes del curso, lo mejor tras el mismo, es quedarse con tres o cuatro plantas y en las salidas al campo, afanarse en buscarlas y aprenderlas bien. Si intentáramos aprender y asimilar toda la información que nos cuentan en el curso, nos frustraríamos, porque eso lo dan los años de práctica y estudio.

El aforo y las medidas anticovid están aseguradas durante el curso. Además, tiene la ventaja de realizarse en el exterior. Habitualmente el curso duraba todo el día y como en otros cursos que he realizado con ellos, incluía comida con lo recolectado. Por la situación sanitaria actual, el curso duró de 8:30 a 13:30h. Pasamos gran parte de la mañana hasta las 12h aprox, caminando y haciendo reconocimiento de las diferentes plantas, entrenando el ojo, algo vital para luego poder hacer la recolecta por nuestra cuenta. La otra parte fue destinada a ampliar más conocimiento sobre los usos de las plantas y realizamos dos ungüentos, uno de hipérico y otro de caléndula.

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Os recomiendo llevar una libreta donde poder apuntar toda la información para luego consultarla. Al finalizar el curso facilita documentos y enlaces de páginas webs para seguir ampliando información y la creación del grupo de Whatssap, también es una herramienta para futuras consultas. Vamos, todo facilidades.

Como consejos os diré que cuando recolectemos plantas es importante realizarlo en zonas limpias, lejos de caminos o zonas muy transitadas. No recolectar raíces, ya que matamos a la planta. A la hora de recolectar es mejor llevar bolsas de tela, una navaja o tijeras de podar pequeñas y guantes de cuero de jardinería. Es importante recolectar un poco de varias plantas, no dejar pelada a una sola. En nuestro caso, hizo un día de mucho calor. Las hojas que recolecté llegaron mustias. Nada mejor que dejarlas metidas a remojo en agua fría unas horas para que recuperen la tersura.

Me traje para casa cantueso, que es un tipo de lavanda, también conocida como orejitas de conejo, muy bueno para el sistema respiratorio. Se dejan secar las flores y se ponen 4 ó 5 por taza en infusión con agua durante 10 minutos. Tomillo que me encanta y también lo tengo secando para emplear en mis recetas. Es antiséptico, antibacteriano, para combatir la gripe, la fiebre, para el tracto respiratorio en general. Lo ideal es hacer un atadillo, dejar secar y guardar en un tarro para conservar. Cuando está en flor es cuando más principios activos tiene. Recolecté acederón y ortiga, esta última activa la circulación, regula las glándulas sebáceas y contiene mucho hierro, lo que la hace ideal si tienes anemia. Cocida o deshidrata pierde su propiedad urticante. El acederón y la ortiga las lave, herví durante 5 minutos. La ortiga la troceé y comí en una tortilla, muy rica, con un sabor muy fresco. El acederón lo comí con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Me recordó a una acelga, pero más suave.

Pudimos aprender mucho sobre otras plantas como el hinojo de sabor anisado con propiedades digestivas y relajantes, el gordolobo conocido como el papel higiénico del campo, el yanten o plántago en cataplasma ideal para picaduras de insectos. La cebadilla o cola de ratón que en época de hambruna era consumido y en mi infancia fue arma arrojadiza para pegar en la chaqueta de los amigos, la amapola rica en alcaloides con efectos sedantes y que calma la tos. El espino blanco que es cardiotónico y regula la tensión, también conocido como el árbol del corazón por sus beneficios, las cerrajas, el diente de león ambas muy similares. Diferentes tipos de cardo de poder depurativo, el trébol bueno para el colesterol, la perpetua o siempreviva para combatir alergias y hepatoprotectora, el galium o amor de hortelano se emplea como el filtro de la naturaleza para hacer infusiones. La jara cuyo aceite, el ládano, es muy apreciado en cosmética y si de sobrevivir en el monte se trata, las semillas de la jara tienen mucho poder energético. El fresno muy diurético y depurativo, la savia se emplea como endulzante; el sauco y sus apreciadas flores ideales para realizar una bebida refrescante, depurativa y antinflamatoria y según nos dijo David, deliciosas rebozadas en huevo y fritas. La hierba ajera ideal para ensaladas con un característico olor a ajo si frotas sus hojas, la verruguera o hierba de la golondrina con propiedades cauterizantes para quemar verrugas y la caléndula con aplicaciones antiinflamatorias y dermatológicas.

Los usos de estas plantas silvestres son muy variados desde la realización de oleomacerados recomendados con aceite de primera prensión en frío, para consumo en infusión, deshidratando la planta primero y dejándolas infusionar durante 10 minutos, en decocción que consiste en hervir varios minutos la planta o sus semillas, para extraer más propiedades. Para hacer vahos, tinturas que consiste en macerar las plantas en alcohol para ingerirlas luego diluidas en gotas, en el agua. Para realizar polvos de plantas como condimento en las recetas, para cataplasmas realizadas con las plantas frescas machacadas, ideal calentarlas un poco hasta 40-50º para que se impregnen más y dejar 30-40 minutos, para elaborar extractos o tintes entre otros usos.

Es un curso al que le tenía muchas ganas desde hace tiempo. El año pasado el confinamiento lo impidió, pero esta vez con las medidas adecuadas lo he podido disfrutar y mucho. Ver el campo como fuente de alimento y salud es una dimensión más amplia de la que ya tenía de este lugar como bálsamo y medio donde cargar mi batería.

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Si os animáis a realizar alguno de sus cursos os dejo la información de su página web donde encontrar información y os podréis poner en contacto con ellos: https://asociacioncantharellus.wordpress.com/. Sígueles también en Facebook e Instagram.

Espero que os sea de interés esta información. Si tenéis alguna recomendación de actividades similares, me encantaría conocerlas y si tenéis alguna pregunta más detallada podéis escribir en los comentarios o al correo de gastrolibreta@gmail.com.

Puedes encontrar más recomendaciones de este tipo en el apartado de Planes Gastronómicos.

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¡Gracias por leerme!

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